Ante todo deberíamos alegrarnos por la sociedad vasca, porque lo que para el resto de España lo de hoy parece que es una mera excusa para iniciar debates políticos -en su mayoría estériles- para el pueblo vcasco puede significar el fin de algo que han vivido en sus barrios, todos los días, en años de la transición incluso a todas horas, algo de lo que nosotros no tenemos ni zorra de lo que es, así ... como el tener que aguantar -y por desgracia aún tendrán que seguir aguantándolo- que te aparten y te señalen cuando se está fuera de tu tierra por el simple hecho de decir que se es vasco. A partir de ahí, podemos debatir sobre si Rubalcaba en sus declaraciones se emocionaba porque realmente lo ha sentido o porque ésto le ha venido como agua de mayo. O mismamente quien cojones son esos "mediadores" (¿mediadores entre quién?) para otorgarse el mérito de todo ésto sin aún tener ni puta idea de qué va este tinglado. O igualmente si algunas familias de víctimas se creen con derecho a representar y a monopolizar el pensamiento de las cientos de familias restantes de víctimas que están sufriendo en sus casas igual o más que ellas. O mil cosas más que conoceremos en los próximos días. En fin, deberíamos resaltar que hoy no ha vencido ni el Estado de Derecho, ni la democracia (eso qué será), hoy no ha vencido nadie, pero sí ha provocado una tranquilidad manifiestamente vital en miles de hogares.
Perdonen por los tacos, me salen solos en estas condiciones.
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